viernes, 20 de septiembre de 2013

De la calle al escenario

Concurso de arte callejero

Por Daiana German Rieber

Los artistas no sólo están en escenarios o pantallas. También es posible encontrarlos en las calles y avenidas porteñas, en los medios de transportes públicos y en las plazas. Aquí, un certamen de la Fundación Julio Bocca que, con el apoyo del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires,  los convocó a participar.

El reloj marcó las 13 y la sala de audición de la Fundación, ubicada adentro de las Galerías Pacifico, comenzó a llenarse.  Los músicos, bailarines, cantantes, actores y acróbatas de entre 18 y 32 años fueron citados para su segunda presentación. Solos o en forma grupal se sentaron en el suelo y formaron un semicírculo. En el costado izquierdo estaban los dos jurados: la coreógrafa y directora artística de la Fundación, Marcela Criquet, y Marcelo Macri.

Entre los concursantes no había un clima de competición sino de apoyo que se manifestaba en cálidos aplausos, gritos de emoción, risas y en la ayuda para el armado de las performances, entre otras cosas.  Ellos son algunos de los seleccionados para el espectáculo del 31 de octubre en el Anfiteatro del Parque Centenario, donde actuarán diferentes disciplinas en conjunto.

Algunos con el objetivo de acercarse al entorno escénico profesional, otros para difundir sus trabajos y muchos simplemente para probar suerte, se anotaron en el certamen denominado Bocca Calle,  que les dará la posibilidad de participar en un show frente a más de 1600 personas. Además de otorgarles premios estimulo como becas de formación, instrumentos musicales y entradas a espectaculos.

“Vivo del arte callejero. Era un sueño que tenía de chico y ahora de grande deseo ser conocido y ganarme el cariño de la gente”, confesó Cristian Miranda, un joven que audicionó con coreografías de Break Dance y Hip Hop, saltos mortales, giros de cabeza, acrobacia, humor e imitación de Michael Jackson, junto con su grupo El Show de Michael de Bera. Miranda, que demuestra su arte en el cruce de Florida y Lavalle y en la Costanera Sur, se presentó en numerosos programas televisivos como El artista del año, de los cuales opinó: “Hay veces que te trata mejor la gente de la calle que los de la tele, yo sé de lo que soy capaz de hacer y no me hace falta un puntaje porque lo hago de corazón”.

Un concursante diferente al resto por su propuesta fue Joaquín Alejandro Losada que se desenvolvió con un show de telas. “Me anoté porque lo vi como una oportunidad de sacar el under a la calle para mostrarlo en lugares más abiertos y con más convocatoria”, destacó Losada, quien definió al artista callejero como aquel que encuentra otros espacios que no son los tradicionales de la cultura para generarlos y hacerlos escénicos.

Música fue algo que no faltó. Según la Productora Ejecutiva del concurso, María Laura Colado, fue la disciplina que tuvo la mayor cantidad de inscriptos dentro de los 100 que participaron. En relación a este número, Colado comentó que esperaban más personas pero al tener en cuenta que fue la primera experiencia de la Fundación y que se convocaba a un grupo de artistas particulares que tienen una idiosincrasia determinada, lo creyó comprensible.

“El arte callejero es un derecho de todos, sobre todo para los espectadores, donde la cultura se puede difundir y se hace más accesible”, señaló Yacki, una joven que cantó y tocó el ukelele con el cuarteto Calesita, música para girar. La participante de 30 años manifestó que la gorra es una buena forma de volver equitativo un evento porque cualquiera puede disfrutarlo y se apela a la autonomía de las personas a la hora de pagar.

Los tres coincidieron en que el público de la calle es diferente a los demás. “El intercambio con ellos le da sentido a lo que uno hace”, señaló Losada.

Con el apoyo del gobierno porteño en la difusión de información a través de sus redes sociales, el concurso buscó la mezcla de diferentes estilos y orígenes artísticos, a partir de lo cual recorrieron el camino inverso que transitó el bailarín Julio Bocca, pues él llevo la danza clásica del escenario a la gente, y aquí lo que se hizo fue acercar al artista de la calle a un espacio formal como los ensayos, evaluaciones frente a jurados y la actuación en un show.

Ellos buscaron otros lugares para expresarse y sin embargo la Escuela de Bocca, reconocida por la enseñanza de jazz, comedia musical y danzas clásicas, los convocó para su espectáculo. Habrá que esperar hasta el 31 de octubre para disfrutar de la fusión de todas las disciplinas.


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