Cerca de 150 personas disfrutaron
el sábado pasado la obra Forever Young de
Eric Gedeon en el histórico Teatro El Picadero, a metros de la avenida
Corrientes.
Parejas, grupos de amigos y hasta
algunas personas solas que promediaban los 40 años, aguardaban el ingreso a la
sala en el amplio hall del Picadero, que volvió a abrir sus puertas al público
el 22 de mayo pasado, luego de estar más de 30 años cerrado por haber sido
incendiado por la última dictadura militar.
Sus paredes parecen no tener
memoria de lo sucedido. Reformulado por el arquitecto Gustavo Keller, el
espacio es moderno, con estilo minimalista, amplio y con luces bajas.
Con la ayuda de dos jóvenes
acomodadoras, los espectadores ocuparon sus asientos, en una sala con forma
semicircular, donde se puede ver bien desde cualquier ángulo.
A pesar de la tormenta que se desató poco antes de la función de las 22.15, el público no falto y con una sala a medio llenar, los largos y calurosos aplausos acompañaron a los actores en todo momento.
A pesar de la tormenta que se desató poco antes de la función de las 22.15, el público no falto y con una sala a medio llenar, los largos y calurosos aplausos acompañaron a los actores en todo momento.
Forever
Young es originalmente una obra de Noruega, que luego fue adaptada por la
compañía de teatro catalana Tricicle. Esta situada en el 2050 y trata sobre
seis ancianos en un geriátrico al cuidado de una enfermera, que cuando ella se
va sus pasiones por la música aparecen, lo que los ayuda a resistir el paso del
tiempo y continuar “para siempre jóvenes”.
Al finalizar la función, la emoción
invadió la sala que aplaudió de pie a los brillantes actores que cantan, bailan
y actúan por más de una hora y media conocidas canciones nacionales e
internacionales.
Algunos con lágrimas en sus ojos,
otros comentaban y halagaban entre sí la obra que acaban de presenciar pero
todos se llevaron el mismo mensaje: disfrutar el día a día, siempre con las mismas
ganas de vivir.
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