El
zorro colorado ocupa un área de distribución más extensa que ningún otro animal
salvaje. A pesar de algunos esfuerzos que se han hecho para exterminarlo de la
exhibición, continúa habitando en gran parte de la República Argentina desde
hace más de dos décadas.
No
hay fiera que lo supere en la persecución de las especies que conforman la
denominada "Caza Mediática", por lo regular felinos de gran talla,
más veloces y vigorosos que frente a la mínima señal de escándalo reaparecen;
pero está por descubrirse el animal que coopere, en forma y manera tan
asombrosas, con sus congéneres para acosar una presa y que se halle tan seguro
de triunfar a la postre.
Muchos son los animales que se postulan día a
día para esto, basándose en un mismo modelo de “descubrimientos de talentos” para
esa gran función actoral, que se alimenta de riñas en torno a la competencia.
Todos quieren el puesto mayor pero la cuestión económica juega un papel
importante en este punto, razón principal, que hace que todavía, permanezca en
la misma zona de cacería, a pesar de haber rumbeado para distintos “canales” y
“estilos”; su metodología de caza ha sido siempre igual y el fin también.
Menos
veloz que la mayoría de los animales que caza, el zorro compensa esta falencia
con su enorme resistencia a la fatiga social. Mantiene un andar firme de 30 a 40 de rating por hora
toda una noche, si fuere menester, para no dar descanso a su presa. Esta nueva
especie mide cerca de dos metros de alto, posee una cabeza sumamente particular,
sobretodo en su volumen, diversa a la de otras especies de zorros y varía su
peso de acuerdo a la época de persecución en la que se encuentre.
Es un animal sumamente voraz, come hasta quedar
harto y de regreso a la madriguera, regurgita en la entrada para alimentar a
sus hijuelos. Se puede decir que su existencia se debe a las bondades oligarcas
de toda una nación que hacen a su extensión territorial hereditaria .Cuando se
procura un terreno para cazar, lo delimita en puntos estratégicos, estudia muy
bien las situaciones que hacen a su próxima continuidad, siendo esto, no solo
en el ámbito felino, sino también en el del tipo animalesco no defaudativo,
aburrido y hasta pro-blemático.
Los
demás animales del show lo idolatran, y consideran “el patrón”. Sólo desde las
regiones menos frecuentadas (como El valle del molino por ejemplo) donde
habitan miles de estos animales, suele darse el caso de agresiones por parte de
estas bestias, incuestionablemente feroces cuando su olfato desconoce el rastro
financiero.
Si
bien es cierto que en los relatos de personas devoradas por zorros hay
muchísimo de imaginación, se conocen algunas practicas verídicas. Tal es el
caso de todo un país, víctima de la gran caza de cerebros, producto de la
práctica de este ágil canino.
Posee
excelente vista, finísimo olfato y un oído sumamente agudo para las relaciones
comerciales que hacen a su presencia.
Existe
un hábito que lo hace vulnerable. Es uno que comparte con el lobo y el perro,
así como estos tienen sus esquinas, árboles o postes "favoritos", el
zorro tiene en el camino que de ordinario sigue ciertos sitios predilectos. El
cazador que descubra uno de tales lugares y arme allí el cepo, seguramente lo
atrapará. Es esperanzador que esto suceda pronto.
Luego
de cada cacería nocturna-apuntada a ofrecer a todo un país lo que él considera
entretenimiento, pero siempre motivado con el halago de “la comida”, ya que se
trata de UN CAZADOR preparado para el acecho en cualquier lugar y momento de su
vida- se dispone a despedirse, con una enorme sonrisa que esconde bajo una
mascara de codicia y con un efectivo anzuelo conocido como chauuu, chauuuuuu,
chauuuuuuuuuu!
Autoras: Barrios, Celeste; German Rieber, Daiana; Oberti, Milagros
Autoras: Barrios, Celeste; German Rieber, Daiana; Oberti, Milagros
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